IGLESIA DE SAN MARTIÑO DE LOIRO

IGLESIA DE SAN MARTIÑO DE LOIRO


Construida en el siglo XII (1110) y modificada posteriormente.


Pequeña iglesia del románico rural, de una sola nave.
Conserva el arco triunfal con una ventana sobre el ábside románico de la primera etapa.
Dispone de dos puertas laterales al exterior y en la fachada principal tiene una puerta con arquivoltas
y tres baquetones rodeando el tímpano, formado éste con una ventana y dos figuras humanas rodeando una cruz.
Sobre ella corre una cornisa perlada sostenida por arquillos adornados con figuras humanas,
mitológicas, animales, vegetales y geométricas.
En la cubierta de la nave hay una cruz y en el testero del ábside un Agnus Dei.
Su portada occidental presenta claras influencias de la Catedral de Ourense.


Localización
Coordenadas: 42.267719, -7.906808
Dirección: Estrada de Loiro, 51
32890 Barbadás.

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Artículo de Jesús Manuel García Díaz publicado en La Voz de Galicia
EL ROMÁNICO DE SAN MARTIÑO DE LOIRO
La otra riqueza ourensana

En el término municipal de Barbadás, por la carretera de Ourense a Celanova, nos espera Loiro,
reducida población que cobija una pequeña pero no menos interesante iglesia románica.
A principios de siglo Eugenio Marquina Álvarez se atrevió a declarar este edificio como ``preciosa joya del más puro gusto románico´´.
El templo se encuentra a la izquierda de la callejuela que desciende desde la plaza y a desnivel de dicho vial, es decir, la iglesia se halla elevada.
Este inmueble es de una sola nave y su cabecera o ábside recto.
Las medidas de la iglesia son 12 metros de longitud por cinco de anchura y seis de altura.

El municipio de Barbadás conserva esta pequeña iglesia que suscita la curiosidad de expertos y visitantes.

La parte más llamativa de la iglesia de Loiro es la fachada occidental, que nos está diciendo que allí trabajó un verdadero artista.
Precisamente en esa fachada existe una inscripción que parece indicar que la iglesia fue construida en el año 1110.
Por aquel entonces comenzaba la gran obra de la catedral ourensana y quedaba terminado su pórtico sur donde se aprecia una pequeña arquería.
Pues ese mismo detalle lo hallamos en San Martiño de Loiro lo que indica que la influencia catedralicia se dejó notar.
Loiro ofrece, pues, una hermosa arquería en su fachada principal.
Los muros de esta fábrica están formados por sillares de proporciones medianas.
La planta de la iglesia mide ocho metros de largo y 5,5 de ancho.

Pero sigamos en la fachada occidental dónde vemos un pórtico de una arquivolta con tres baquetones decorados con arquivoltas y ajedrezado.
Hay dos capiteles: El derecho muestra ornamentación vegetal y el izquierdo una cabeza.
Sobre el pórtico vemos la imposta formada por una hilera de once arquillos apoyados en canecillos con formas animales y vegetales.
Aquí hay diversidad de elementos simbólicos, desde una estrella a motivos geométricos.
Más arriba, un vano con arquillo descansa en dos capiteles de motivos vegetales. La espadaña es posterior.
En el tímpano del pórtico vemos dos cabezas humanas con brazos que salen del cuello, una cruz y un trébol de cuatro hojas.
La iglesia tiene dos puertas más - norte y sur - aunque la sur está tapiada.

En el interior, se ve un arco triunfal de medio punto apoyado en dos capiteles sobre robustas columnas.
En el de la izquierda hay tallos y hojas; en el derecho, una hoja de cardo y dos conchas.
La bóveda del ábside es de cañón y está revestida de casetones de madera.

Vicente Risco resaltó también que dicho edificio sigue esperando ayuda institucional para su urgente restauración.
Dispone de un añadido que es la sacristía y en su cubierta se ve el piñón del ábside, un carnero bien tallado.
Está rodeado por el cementerio y casas.

En la iglesia románica nada está hecho por casualidad. Aún en su pequeñez el edificio aúna lo celeste y lo telúrico.
Es el fruto de una época donde se pensaba que Dios desciende a la tierra y no el fiel a Dios, como luego leemos en la arquitectura gótica.
Y puesto que Dios desciende, lo hacía en una nube, de ahí la penumbra o recogimiento de los edificios románicos.
Porque se pensaba que si Dios es luz y habita en una luz inaccesible, él mismo se oculta entre una nube al acercarse al ser humano.

El arco triunfal de medio punto nos recuerda la pervivencia de la percepción cupular de lo celeste.
En fin, que también San Martiño de Loiro nos refleja en su fábrica un universo en miniatura con la belleza de su silueta.